Por Johnny Rosario
Suplemento Galería de El Nacional, página 17; 2 de Septiembre de 1990ESCRITORIO DE JOHNNY ROSARIO
Por Johnny Rosario
Suplemento Galería de El Nacional, página 17; 2 de Septiembre de 1990Recientemente un grupo significativo de prestigiosos locutores de noticias en radio dio a conocer un pliego de demandas presentadas a los radiodifusores del país que incluye aumento de salarios, servicio de transporte, seguro médico, entre otras peticiones que, de lograrse, satisfacerían o paliarían necesidades perentorias.
Los profesionales de la lectura de noticias que ofrecen sus servicios en los principales noticiarios del país anunciaron, al mismo tiempo, que se constituían en asociación de locutores de noticias de radio, instrumento organizativo que tendrá carácter sindical, pero que no se apartará del Círculo de Locutores Dominicanos (CLD), institución que ha alcanzado la representatividad nacional de los hombres y mujeres que han abrazado el micrófono como herramienta de trabajo.
Este gesto refleja, de su parte, que en los gestores de dicho movimiento prima únicamente el interés de reivindicar económicamente a ese sector de profesionales la radio y la televisión y que, de ningún modo, puede interpretarse como el surgimiento de una división en el seno del Círculo de Locutores.
Nombres de locutores como los que citamos a continuación reflejan la solidez conque se ha iniciado ese movimiento:
Radio Mil: Bolívar Miranda, Tony Pérez, Billy Reinoso, Wilfredo Muñoz, y Fernando Valerio.
Radio Popular: Francis Javier, Magaly Santana, Pedro Pérez Vargas, Juan Francisco Verdía y Miguel Núñez.
Radio Central: Manuel Ferreras, Waddy Mansur, Tactuk, Claudio De león y Tony Jiménez.
Radio Comercial: Juan Alberto Del toro, Rigoberto Félix Nova, Ángel Franco, Manuel Segura y Johnny Díaz
Radio HIN: Henry Frías, Eduardo Santana, Braulio Marmolejos, Gustavo Olivo, César Bobadilla, y Eduardo Guerrero.
Adhiriéndose en esos reclamos justos Jorge Herrera, José Bejarán y Rafael Moya.
El locutor de noticias es el más esforzado
Es harto conocido que el locutor de noticias de radio y televisión, además de devengar un salario apartado de la realidad económica que padecemos los dominicanos, caracterizada por una inflación insoportable, es el único profesional especializado que no puede compartir junto a sus seres queridos los momentos que proporcionan los días que nuestro calendario registra como feriados. Tanto es así, que los ratos que unen la más antigua sociedad (la familia), como son el sagrado acercamiento que se produce durante el desayuno, el almuerzo y la cena, nunca le es permisible disfrutarlo ni convivirlo.
Otra de las dificultades que sufre el locutor de noticias lo constituye el riesgo que significa trasladarse en la madrugada hacia sus centros de trabajo con la peligrosidad que acarrean los constantes apagones que son caldos de cultivo para los desmanes de los antisociales, y la dificultad de conseguir medio de transporte en esas horas previas a la salida del sol, situación que hace de este empleado el más sacrificado, cual si llevara en sus hombros con su profesión una misión sacerdotal. Debe tomarse en consideración que en tiempos de guerra, estado de sitio o toque de queda, y frente a la inclemencia de ciclones y otras tormentas, ahí está la presencia del locutor, sobretodo del que da la noticia. De más estaría que tratáramos sobre la incuestionable calidad e importancia de su servicio o trabajo. Es por ello que la sensatez y ecuanimidad debe primar en los empresarios de radio y televisión, a los cuales les corresponde deponer un poco de sus beneficios para aliviar con espíritu de justicia la pesada carga que llevan consigo los locutores al servicio de sus empresas, especialmente el sector de la lectura de noticias.
Por qué ahora
Desde el primer momento que conocimos la idea de ese movimiento no sólo la compartimos, sino que además nos reunimos en el local del Círculo a fin de elaborar un documento dirigido a los radiodifusores. Coincidencialmente aparecieron como un rayo en esos días las protestas de los locutores comerciales por el incremento de la incursión en la radio dominicana de voces foráneas, especialmente en la grabación de anuncios publicitarios.
Más de cuatro meses duró el proceso de reuniones y discusiones con las agencias de publicidad, lográndose frenar en gran medida la invasión de voces extranjeras. Nos ocupó un apreciable tiempo el ciclo de encuentros con esos compañeros locutores en procura de unificar criterios para la elaboración y establecimiento de una importante tarifa mínima que regula la contratación de los servicios de los mismos en la grabación de comerciales. Esa tarifa se estableció y las publicitarias la aceptaron conformemente. Lógicamente, depende de los compañeros locutores comerciales respetarla, dándole valor a su voz, y adecuarla en cada momento que sea necesario a la realidad económica que se vaya presentando.
Los colegas continúan tan firmes como hace meses, y ahí están demandando una justa remuneración y mejores condiciones de trabajo, en virtud de las necesidades y circunstancias que verdaderamente afectan al profesional de esa disciplina.