ESCRITORIO DE JOHNNY ROSARIO
Cuando nos propusimos entrevistar a Rafael Martínez Gallardo para la revista El Locutor entendimos desde un principio que para sacar de él un mayor cúmulo de conocimientos y experiencias para compartirlo con nuestros lectores, la mayoría locutores y estudiantes de locución, y personas amantes de la radiodifusión, era necesario delimitar entre su condición de profesional de la locución y uno de los fundadores del Círculo de Locutores Dominicanos, y la de su otra faceta como empresario radiodifusor, hombre de negocios y empleador de locutores. Por tal motivo decidimos dividir la entrevista en dos partes o, más bien, realizar dos entrevistas. De manera que, en esta edición entrevistaremos a Rafael Martínez Gallardo, el locutor y co-fundador del CLD.
-Don Rafael, ¿podría usted hablarnos de sus primeros pasos por la locución?
-Mis inicios en la radio fue en 1942, en la emisora hermana La Voz del Trópico, que entonces se llamaba HIL. Ahí fue que yo aprendí.
Un día, desde la Voz del Yuna, que era la emisora más importante mandaron a buscar un grupo de locutores de los que se oyeran mejor y, entre ellos, tuve la suerte de estar. Primeramente estuvimos César Federico Larancuent, Rafael Peralta Padilla y yo. Después estuvieron otros.
Estuve trabajando en esa estación hasta que le cambiaron el nombre por el de La Voz Dominicana, como en 1947. Mientras estuve trabajando allí me enseñaron de lejos que dos emisoras internacionales, una la YB5R6 de Venezuela, y Radio Nacional de España estaban interesados en mis servicios; pero como en esa época no se podía salir de aquí, simplemente me enseñaron la carta de lejos.
En esa empresa hice todo lo que se puede hacer en la radio, presentar artistas, leer comerciales, etc. Como cosa curiosa, debo decir, que el único locutor que no se equivocó cuando debía identificar la emisora La Voz del Yuna con el nuevo nombre La Voz Dominicana, fui yo; y no por inteligente ni por memoria, sino porque tuve la precaución de anotarme el nuevo nombre en la palma de la mano. El primer día se equivocó todo el mundo.
Pues bien, trabajé en novelas como narrador, como actor; hacía a veces hasta tres papeles en un mismo episodio. Trabajé además como locutor de noticias, pero el principal papel que ejercía en la radio era como locutor documental, leyendo noticias y comentarios, teniendo la honra de haber sido compañero de Julio César Félix, Ramón Rivera Batista, y otros locutores de la época que eran distinguidos como juan Llibre, con quien hacía un programa en vivo en el que él era el locutor animador y yo el de los comerciales. También Frank Arredondo, Max Reinoso, Fidencio Garris, verdaderas estrellas de la locución. Realmente no he sido un locutor muy destacado, pero todo lo que he hecho he tratado de hacerlo bien.
-Don Rafael, queremos que usted explique algunas cosas sobre la fundación del Círculo, a propósito de la celebración del Día del Locutor Dominicano durante el mes de abril. ¿De quién fue la idea de fundar el Círculo de locutores Dominicanos?
-Eso surgió de la siguiente manera: Yo iba un día para la planta de mi emisora y vi caminando a una gloria de la locución dominicana en un estado deplorable. Al otro día hubo una fiesta dedicada a los locutores en el restaurant que está en La Cumbre, de Naco. Estábamos Bruno Pimentel, quien prácticamente me inició en la radio, Ercilio Veloz Burgos, Mario Báez Asunción, Pedro María Santana y yo.
-La idea del Círculo, ¿surgió de usted?
-Creo que sí, porque al recordar al locutor que vi el día anterior de manera tan deplorable les dije deberíamos juntarnos más, y no sólo nosotros sino también con nuestros hijos para que se conozcan y nos ayudemos mutuamente.
A todo el mundo le agradó la idea. Entonces, creo que fue Mario Báez que dijo: Vamos a hacer como una rueda o un Círculo porque rueda y círculo es lo mismo.
Comenzamos el Círculo como una cosa social y pusimos reglas y estatutos. Las reglas que pusimos y que muchos locutores hallaron malas, no fueron establecidas por asunto de grandeza ni por orgullo. Lo que queríamos era que los locutores nuevos tuvieran una meta y que esa meta fuera llegar al Círculo de Locutores.
-Señor Martínez, las puertas del Círculo estarán abiertas siempre porque lo tenemos en un sitial muy alto. Por último, ¿qué mensaje tiene usted para los locutores del país?
-El mensaje a mis compañeros locutores no es mío, es de mi compadre Homero León Díaz. Recomendarles que lean en nuestra revista El Locutor el artículo "El poder de la Palabra", que escribió Homero y que se encuentra en la página 6 de la edición número 4.