El Locutor Musical: Enrique FernándezPor Johnny Rosario (Director-editor)
Revista "El Locutor", edición #5 del CLD, páginas 36-39, febrero 1983.
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ESCRITORIO DE JOHNNY ROSARIO
Enrique Fernández
Enrique Fernández
Ponderando el hecho de que debe promoverse los jóvenes valores con que cuenta la locución dominicana, y más si se trata de un profesional dedicado al trabajo, con un estilo particular que lo caracteriza y un gran deseo de superación, nos hemos acercado a los estudios de Radio Visión junto a nuestro fotógrafo para entrevistar a un pilar del equipo de locutores de esa popular emisora de Santo Domingo, Enrique Fernández.
Su introducción en la locución surge como accidente de esos que pasan en la juventud. Aconteció en su ciudad natal, San Francisco de Macorís, en el año 1968.
"Era un gran admirador de Rolando Salazar cuando trabajaba en HIBI Radio, nos relata, y él me inspiró para que me dedicara a esta profesión. Conseguí un chance de esos que los directores de emisoras ofrecen los domingos".
"A mi amigo Machacho González le demostré, según aseveró él, que tenía cualidades de locutor; me empleó en su emisora donde duré por espacio de dos meses laborando de manera gratuita. Luego se me metió en la nómina con un sueldo. Así empieza mi carrera como profesional del micrófono".
"Más tarde, en 1970, me fui a Estados Unidos donde hice un curso de locución regresando al año siguiente. Con otra meta decidí quedarme en la ciudad capital. Machacho González me dio una carta de recomendación para entregársela a Elizardo Dickson y éste me empleó en Radio Cristal ese mismo año.
Primero comencé en horario de la noche, pero luego me cambiaron para hacer el de 1:00 a 5:00 de la madrugada. Era un horario fuerte, pero no podía volver otra vez al Cibao. Así pues me quedé trasnochándome diariamente y haciendo relaciones por otro lado, aunque era difícil penetrar a la radio capitaleña pues había un clan no fácil de romper, y para conseguir un horario bueno tenía que ser amigo de los que estaban dentro de ese grupo. Prácticamente a los únicos que conocía era a Willy Rodríguez, Nelson Brudis y a Rolando Salazar, que también estaba aquí, pero que no podía hacer nada por mí.
En esa época Jesús Sánchez y yo hicimos buenas relaciones, y él me alentaba para que siguiera adelante porque veía en mí material bueno que podía ser explotado. Así, Jesús me consiguió trabajo en Radio ABC y pude salir de las madrugadas; entonces empecé a desarrollar todo mi potencial. Más luego se me llamó de Radio Visión para trabajar y así lo hice. Después Brea Peña vio en mí algo positivo y me empleó en Radio Comercial, empezando mi trayectoria por algunas de las emisoras principales de Santo Domingo, incluyendo Radio Universal, HIZ, HIJB donde actualmente laboro y Radio Visión, donde trabajo también. Estuve algunos domingos en un programa que se llamaba el Super Show de los Grandes cuando se hacía por Radio Comercial, pero eso fue muy efímero".
Después de conocer su trayectoria por el escabroso y a la vez interesante mundo de la locución, pasamos a hablar con nuestro entrevistado sobre aspectos más profundos del tema.
Enrique confiesa no sentirse realizado, porque la radio es un campo muy difícil en el que cada día se debe aprender algo nuevo.
"El locutor como comunicador social debe estar actualizado siempre. Creo que ningún locutor puede decir aquí que se siente realizado; quizás uno se puede sentir satisfecho como locutor noticioso, pero tal vez no así en la rama de presentador o maestro de ceremonias. Quizás como locutor musical me sienta realizado, pero en términos generales como locutor, no. Por eso hay diferentes facetas donde uno puede especializarse".
Su introducción en la locución surge como accidente de esos que pasan en la juventud. Aconteció en su ciudad natal, San Francisco de Macorís, en el año 1968.
"Era un gran admirador de Rolando Salazar cuando trabajaba en HIBI Radio, nos relata, y él me inspiró para que me dedicara a esta profesión. Conseguí un chance de esos que los directores de emisoras ofrecen los domingos".
"A mi amigo Machacho González le demostré, según aseveró él, que tenía cualidades de locutor; me empleó en su emisora donde duré por espacio de dos meses laborando de manera gratuita. Luego se me metió en la nómina con un sueldo. Así empieza mi carrera como profesional del micrófono".
"Más tarde, en 1970, me fui a Estados Unidos donde hice un curso de locución regresando al año siguiente. Con otra meta decidí quedarme en la ciudad capital. Machacho González me dio una carta de recomendación para entregársela a Elizardo Dickson y éste me empleó en Radio Cristal ese mismo año.
Primero comencé en horario de la noche, pero luego me cambiaron para hacer el de 1:00 a 5:00 de la madrugada. Era un horario fuerte, pero no podía volver otra vez al Cibao. Así pues me quedé trasnochándome diariamente y haciendo relaciones por otro lado, aunque era difícil penetrar a la radio capitaleña pues había un clan no fácil de romper, y para conseguir un horario bueno tenía que ser amigo de los que estaban dentro de ese grupo. Prácticamente a los únicos que conocía era a Willy Rodríguez, Nelson Brudis y a Rolando Salazar, que también estaba aquí, pero que no podía hacer nada por mí.
En esa época Jesús Sánchez y yo hicimos buenas relaciones, y él me alentaba para que siguiera adelante porque veía en mí material bueno que podía ser explotado. Así, Jesús me consiguió trabajo en Radio ABC y pude salir de las madrugadas; entonces empecé a desarrollar todo mi potencial. Más luego se me llamó de Radio Visión para trabajar y así lo hice. Después Brea Peña vio en mí algo positivo y me empleó en Radio Comercial, empezando mi trayectoria por algunas de las emisoras principales de Santo Domingo, incluyendo Radio Universal, HIZ, HIJB donde actualmente laboro y Radio Visión, donde trabajo también. Estuve algunos domingos en un programa que se llamaba el Super Show de los Grandes cuando se hacía por Radio Comercial, pero eso fue muy efímero".
Después de conocer su trayectoria por el escabroso y a la vez interesante mundo de la locución, pasamos a hablar con nuestro entrevistado sobre aspectos más profundos del tema.
Enrique confiesa no sentirse realizado, porque la radio es un campo muy difícil en el que cada día se debe aprender algo nuevo.
"El locutor como comunicador social debe estar actualizado siempre. Creo que ningún locutor puede decir aquí que se siente realizado; quizás uno se puede sentir satisfecho como locutor noticioso, pero tal vez no así en la rama de presentador o maestro de ceremonias. Quizás como locutor musical me sienta realizado, pero en términos generales como locutor, no. Por eso hay diferentes facetas donde uno puede especializarse".
Para Enrique Fernández la locución ha tenido auge en nuestro país en los últimos tiempos, pero a la vez considera que hay despreocupación en muchos compañeros de la radio, ya que no comprenden la responsabilidad de un comunicador ante la sociedad, de servirle informándola y educándola.
Dice creer que en nuestro país hay mucha gente que no debe estar trabajando en la radio por la desviación que causan al expresar el lenguaje incorrectamente.
"No estoy de acuerdo con las limitaciones que les imponen a los locutores en algunas emisoras, pero tampoco se puede abusar de la libertad de hablar lo que uno quiera. En esto se debe ser ecuánime y claro, porque se pueden decir muchas cosas en pocas palabras y la gente te entiende".
En otro aspecto de la entrevista a Enrique Fernández, la cual dimos curso en la cabina de Radio Visión, éste pasa a referirse a la pobre calidad de la música que se le ofrece al oyente dominicano, señalando lo siguiente:
"A quienes tienen dominio de los medios de comunicación de masa, y como producto de la sociedad de consumo en que vivimos, sólo les interesa colocar el tipo de música que la gente está consumiendo; esa música de poco contenido, porque en realidad eso es lo que se explota, y eso es lo que se vende; y como eso es lo que constantemente la radio ofrece, pues eso mismo es lo que al pueblo por acondicionamiento le va gustando.
No creo que en verdad el locutor sea el culpable de esa realidad, sino que todo es fruto de la misma sociedad".
Y mientras esas condiciones sociales se mantengan es muy difícil que los disqueros hagan negocio con canciones de mensajes constructivos".
En torno a la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, el destacado locutor musical francomacorisano señala:
"La CNEP no aplica los reglamentos por los cuales se rige. Quizás en los últimos tiempos los artistas dominicanos han tenido más vigencia o sus discos han tenido mayor difusión través de la radio, pero eso es debido a que ha surgido un grupo de locutores con un mejor criterio de la responsabilidad que tienen por delante y los ayudan o empujan colocándoles sus grabaciones. Pero realmente la radio está invadida de música foránea y mala. Lamentablemente en el país se oye más la salsa que nuestro merengue, violándose uno de los artículos de esa comisión que reza que se debe poner el 50% de música nacional. Entonces la Comisión de Espectáculos Públicos no cumple su misión".
"Pero aquí sucede otro problema: Hay una gran cantidad de personas que no deben estar trabajando en la radio porque no tienen su respectivos carnets".
"Ante todo eso, señala Fernández, va a llegar el tiempo en que los locutores tendremos que unirnos y trabajar juntos y luchar por tener una asociación de locutores unida y fuerte. Creo que por el prestigio que tiene ante los locutores y ante la sociedad misma el Círculos de Locutores Dominicanos puede desempañar ese papel.
Pero al Círculo le hace falta que siga entrando en su seno la nueva generación de hombres de la palabra hablada.
Por lo tanto, nuestra organización debe abrirles las puertas a todos los locutores del país modificando sus estatutos.
Dice creer que en nuestro país hay mucha gente que no debe estar trabajando en la radio por la desviación que causan al expresar el lenguaje incorrectamente.
"No estoy de acuerdo con las limitaciones que les imponen a los locutores en algunas emisoras, pero tampoco se puede abusar de la libertad de hablar lo que uno quiera. En esto se debe ser ecuánime y claro, porque se pueden decir muchas cosas en pocas palabras y la gente te entiende".
En otro aspecto de la entrevista a Enrique Fernández, la cual dimos curso en la cabina de Radio Visión, éste pasa a referirse a la pobre calidad de la música que se le ofrece al oyente dominicano, señalando lo siguiente:
"A quienes tienen dominio de los medios de comunicación de masa, y como producto de la sociedad de consumo en que vivimos, sólo les interesa colocar el tipo de música que la gente está consumiendo; esa música de poco contenido, porque en realidad eso es lo que se explota, y eso es lo que se vende; y como eso es lo que constantemente la radio ofrece, pues eso mismo es lo que al pueblo por acondicionamiento le va gustando.
No creo que en verdad el locutor sea el culpable de esa realidad, sino que todo es fruto de la misma sociedad".
Y mientras esas condiciones sociales se mantengan es muy difícil que los disqueros hagan negocio con canciones de mensajes constructivos".
En torno a la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, el destacado locutor musical francomacorisano señala:
"La CNEP no aplica los reglamentos por los cuales se rige. Quizás en los últimos tiempos los artistas dominicanos han tenido más vigencia o sus discos han tenido mayor difusión través de la radio, pero eso es debido a que ha surgido un grupo de locutores con un mejor criterio de la responsabilidad que tienen por delante y los ayudan o empujan colocándoles sus grabaciones. Pero realmente la radio está invadida de música foránea y mala. Lamentablemente en el país se oye más la salsa que nuestro merengue, violándose uno de los artículos de esa comisión que reza que se debe poner el 50% de música nacional. Entonces la Comisión de Espectáculos Públicos no cumple su misión".
"Pero aquí sucede otro problema: Hay una gran cantidad de personas que no deben estar trabajando en la radio porque no tienen su respectivos carnets".
"Ante todo eso, señala Fernández, va a llegar el tiempo en que los locutores tendremos que unirnos y trabajar juntos y luchar por tener una asociación de locutores unida y fuerte. Creo que por el prestigio que tiene ante los locutores y ante la sociedad misma el Círculos de Locutores Dominicanos puede desempañar ese papel.
Pero al Círculo le hace falta que siga entrando en su seno la nueva generación de hombres de la palabra hablada.
Por lo tanto, nuestra organización debe abrirles las puertas a todos los locutores del país modificando sus estatutos.
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