El telón bajó para siempre, para el arte que nos brindó Radhamés Sepúlveda (Pildorín).
Con su muerte el sector artístico y el pueblo dominicano se enlutecen, porque se ha perdido un gran hombre del humor nacional.
En su velatorio sólo se encontraban algunos de sus familiares y uno que otro de sus amigos.Al humorista le sobreviven sus hijos Tony, Radhamés y Katy, de los cuales, dos de ellos se encontraban presentes en su velatorio.
El doctor Pildorín, como se le llamaba artísticamente, murió el jueves a las siete de la noche en el hospital oncológico Heriberto Pieter, donde se encontraba recluido padeciendo de cáncer en la garganta.
Sus restos fueron trasladados a la capilla La Humanitaria en la avenida 30 de Marzo, de donde fueron llevados ayer en la mañana y sepultados en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.
Radhamés Sepúlveda tenía 60 años, de los cuales dio lo mejor de sí al arte y hoy murió en la más crítica miseria que puede padecer un ser humano, sin dinero y más que todo, sin amigos.
El humorista y locutor padecía desde hace algún tiempo de cáncer en la garganta, por lo que se trasladó a la ciudad de Nueva York y Puerto Rico para someterse a tratamientos médicos.
Radhamés Sepúlveda fue un gran colaborador de este periódico, a través de una serie de trabajos de tipo novelescos titulados "Chavela".
Los gastos del sepelio del doctor Pildorín fueron cubiertos por la Asociación de Músicos, Cantantes, Bailarines y Locutores (AMUCABA), y el Círculo de Locutores Dominicanos.
El humorista se destacó ampliamente en el país a partir de su incidencia en el arte en el año 1948, en La Voz del Yuna, la cual fue fundada en Bonao por el general José Arismendy Trujillo (Petán).
Luego de su primer trabajo en La Voz del Yuna, el doctor Pildorín pasó a formar parte del elenco de La Voz Dominicana, hoy Radio Televisión Dominicana, donde laboró hasta el año 1961, cuando cayó la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo.