ENTREVISTA:
-Don Homero, todos los locutores hemos abrazado esta actividad movidos por inquietudes o necesidades diferentes. Qué inquietud motivó que usted tomara esta actividad como su profesión y prácticamente su vida?
-Yo desciendo de familia de artistas, soy medio Saldaña, de ahí heredé esa vena artística. Mi nombre entero es Homero Atila León Díaz. Me inicié en 1933, en HIL, hoy La Voz del Trópico, que estaba en esa época en la avenida Independencia. Fue un asunto casi accidental.
Papá, mamá, una hermana de mi padre, Ángel Salvador Viloria y yo, formamos una pequeña compañía musical. Fuimos a HIL solicitando un turno para actuar, pero como en ese momento la emisora no estaba en el aire, la encendieron para que pudiéramos hacer el programa que llevábamos; recuerdo que canté dos tangos.
-¿Usted era cantante?
Sí, canté primero antes de ser locutor; mi papá era barítono.
-¿Cómo se llamaba su padre?
-José Bravo; me refiero al que me crió. Pues bien, mi hermana iba a cantar una canción mejicana que se llamaba "Estrellita" y Joaquín Custal, que era el dueño, me dijo que la presentara yo. Así fue como pronuncié mis primeras palabras por radio: "Ahora mi hermana va a cantar Estrellita, del compositor mejicano Manuel Ponce". Desde ese día la locución me gustó, vi que era bueno y seguí. Después fui a la HI4D, La Voz de Quisqueya, donde estuve trabajando. Te diré que en aquellos tiempos, entre otras cosas, trabajé en una estación de gasolina y después bombero.
-¿Hasta qué rango llegó como bombero?
-Soy mayor en la actualidad, porque me ingresaron al cuerpo como mayor honorífico hace unos diez años, pero como no me gusta nada honorífico, fui al cuartel y dije que quería integrarme; me hicieron entonces voluntario con el grado de teniente, porque esa es la regla. En los años sucesivos ascendí hasta llegar a Mayor, el grado que hoy ostento.
-¿Ha apagado algún fuego?
-No, es que la misión de los locutores que estamos en el cuerpo de bomberos, Lilín Díaz, Billy Berroa, Bueno Torres, Fidencio Garris, etc., no es precisamente apagar fuegos, sino la de hacer las relaciones de publicidad de la institución. Ahí es donde desplegamos nuestro trabajo, porque realmente no tenemos condiciones de apagadores de fuego.
Siguiendo con la locución, entro a HI4D mediante una mentira. Resulta que siendo vendedor de gasolina de una compañía, un amigo mío, Rafael Gil, me dijo que había una estación de radio que estaba cerrada porque los locutores se habían puesto en huelga. Los locutores eran Carlos Vallejo de la Concha y Enrique Santamaría.
PRIMERA HUELGA DE LOCUTORES DOMINICANOS
-¿Quiere decir que esa fue la primera huelga de locutores dominicanos?
-Si, la primera huelga radial.
-¿En qué año?
En 1935. Pues bien, entonces me dijo Rafaelito que estaban necesitando un locutor, que si me atrevía a ir a anunciar. Le dije que una vez hablé por HIL, pero esa no es mi profesión. De todas maneras fuimos y encontramos a José Santamaría preocupado porque tenía la estación cerrada. Rafaelito me presentó: "Este es Homero León Díaz, que ha sido locutor" Y me preguntaron dónde. Entonces empecé hablando mentira:
Sí, trabajé en HI5R. Entonces me dijo "lea esto" mientras me pasaba un papel cuyo texto era muy difícil de leer. Ese texto decía:
Doctor David Santamaría, otorrinolaringólogo, especialista en la termocoagulación por infiltración a gotas. Al tener éxito en la lectura me dijo:
"Usted es un fenómeno". Conectaron la antena y pusieron el himno; luego me dio un papel donde estaba la presentación, pero resulta que la presentación estaba en tres idiomas. Esa ha sido la única emisora del país que se ha identificado en tres idiomas: Castellano, Inglés y francés, pues resulta que se oía muy lejos, fuera del país, a pesar de que nada más tenía unos 500 vatios, y como la onda corta no estaba muy congestionada, se oía bastante lejos. Un día recibimos reporte del Rey del Líbano. El rey del Líbano era en esa época un radioaficionado y mandó una carta pidiendo la tarjeta de identificación. Fue así como me dije "esto tengo que ensayarlo", porque yo no sé francés, ni inglés, apenas sé el español.
La identificación decía "esta es HI4D, la Voz de Quisqueya, desde Santo Domingo, antena del Nuevo Mundo, Capital de la República Dominicana".
Quiero señalar que la primera persona que dijo "Antena del Nuevo Mundo" fue Martha Dobús, cuando se inauguró la emisora oficial XIX, el 8 de abril de 1928. Fue la primera vez que se difundió el Himno Nacional por radio; no sé por qué ese no es el de la radiodifusión; debería ser ese, porque fue cuando se inauguró por primera vez una emisora con carácter profesional.
En HI4D las transmisiones eran de 12:00m a 2:00pm, y de 5:00pm a 7:00pm. Es importante hacer mención de que al preguntarle al señor Santamaría cuánto iba a ganar, me contestó: ¿Cómo? ¿Ganar? Aquí no se paga; aquí tú buscas tus anuncios y me pasa lo mío. Entonces le respondí ¡Oh pero doctor! Yo nunca he buscado anuncios. Fue cuando Rafaelito me dio un codazo y dijo cortándome la conversación: "Nosotros buscaremos los anuncios, doctor". Así comenzó la búsqueda de anuncios. Como necesitábamos fotografías fuimos a la Fotografía Mendoza, por el mercado Modelo, que antes era el hospedaje, y hablamos con el dueño que nos dijo: "Les voy a dar un anuncio, pero les pagaré en fotografías". Creo que ahí empezó mi cambalache.
Después, cuando inauguraron la emisora HIN, la del partido Dominicano, fui a conocerla. Ya era locutor y me creía con derecho a entrar, pero un sargento me paró y no me dejó entrar. Le pregunté por qué no me dejaba entrar y me dijo que porque en ese lugar no entra todo el mundo, y tuve que irme sin pensar que con el tiempo iba a ser funcionario de esa emisora.
Horacio Pérez, otro de los grandes de la radio, tenía un programa en HIZ y me dijo lo mismo, pero ese mismo día resolví no ser más todo el mundo.
-¿En qué año fue eso?
-En 1936. Desde entonces me prometí estudiar porque dicho sea de paso, no había estudiado nunca.
-¿Qué grado alcanzó?
-El tercero de la primaria; pero eso no era porque fuera desaplicado, sino que mi papá era medio gitano. José Bravo era mi padrastro, y mi padre verdadero Mario Benjamín León Castro, que era medio andariego de ultramar, se fue una vez en una goleta y a los diez años fue que supimos de él; José Bravo era medio andariego también y eso me impidió ir a la escuela.
-¿Y el nombre de su madre?
-Emilia Díaz Saldaña. Mi mamá, que tenía una inteligencia natural, me compraba libros donde quiera que íbamos; esos libros clásicos fueron despertando en mí inquietudes intelectuales y decidí hacer una profesión de la locución.
Papá había entrado en HIN y me dejaban entrar. Más luego, Juan Salazar, técnico de HIN empezó a ponerme a controlar. Recuerdo que Vinicio Saladín, el único locutor que había en la emisora, trabajaba en toda la programación que era breve. El maestro Miquico Cruzado creó un programa "La hora elegante" y me puso como locutor.
-¿En qué año?
-En 1936. En la Hora Elegante fue donde comenzó República Bernardina, que ha sido a mi juicio una de las mejores locutoras del país.
Fíjate lo que es la vida; yo era locutor de cabina y estaba consciente de que lo hacía mal, porque no tengo una voz microfónica; entonces Vinicio Saladín me dijo:
"Homero, tú no tienes condiciones para eso, porque lo haces muy mal". Al salir esas palabras de la boca de Vinicio, que era mi ídolo, me cayó como una puñalada; pero me dijo: "Tienes voz de animador, tienes timbre; el animador habla duro, brillante, y el locutor de cabina tiene que ser un poco pectoral. Pero además tienes gracia. ¿Por qué no te haces animador?. ¿Y cómo? Le pregunté, y me dijo: "Pero es muy fácil, consíguete una hora aquí y haz tú mismo el programa". Como me gustó la idea, hablé con el director y me arrendaron una hora los domingos, de 11:00 am a 12:00 meridiano. Inmediatamente enfilé por ese camino, empecé a adquirir popularidad al extremo de que en 1961 gané el título de mejor animador de la Capital.
En el Canal Siete me dieron "El Siete", un siete que daban a los que ganaban ese trofeo. A propósito, fui director de ese canal cuando se fundó, y de HIN, cuando volvió por segunda vez.
En HIN tuve nueve años y llegué a ser desde carpintero hasta moderador.
De la Voz del Yuna, a los once días de instalada en la Capital, el mismo dueño me preguntó si quería trabajar y le dijo: "Bueno señor, la aspiración de todo el que trabaja en la radio es llegar a La Voz del Yuna".
Entonces me preguntó: ¿Cuánto usted gana? Otra vez fui mentiroso, pues me daba vergüenza decirle que lo que ganaba eran RD$14 semanales, y hacía dos horarios. Pues le dijo que ganaba RD$18.00 semanales, y Petán Trujillo asombrado me dijo: ¡Pero usted debe estar muriéndose de hambre! Y prometió en ese instante pagarme RD$25.oo semanales. Imagínate, un salto tan grande, pero yo quería seguir trabajando en HIN porque fue donde aprendí.
-¿Comenzó usted, entonces, ganando más que Saladín?
-Sí, ya en La Voz del Yuna ganaba más que Vinicio. En HIN se pagaban sueldos bajísimos, y Vinicio que era la estrella máxima ganaba RD$7.00 semanales y después llegó a ganar RD$17.00.