ESCRITORIO DE JOHNNY ROSARIO
Al celebrar la locución profesional dominicana sus Bodas de Oro el próximo día 18 de abril, y en vista de que se conmemora el 50 aniversario de la oficialización de la misma, el Círculo de locutores Dominicanos, Inc. quiere hacer una reflexión con el propósito de evaluar la situación, logros y metas inmediatas del locutor dominicano, que celebra en la misma fecha el Día consagrado a él, mediante decreto del Poder Ejecutivo de 1974.
Es innegable que hemos avanzado en el campo profesional, ya que en las diferentes ramas de la locución tenemos colegas poseedores de voces excelentes y de gran capacidad, lo que nos sitúa en una posición verdaderamente elevada dentro del contexto latinoamericano.
SITUACIÓN SOCIAL DEL LOCUTOR O LOCUTORA.- Nuestro país cuenta con un considerable número de medios electrónicos de comunicación, un factor que garantiza plazas de trabajo al locutor profesional. Visto desde esa vertiente nos parecería que la situación en sentido general es positiva, que redunda en beneficio del sector de clase o profesional que representamos, más no es así, pues generalmente los servicios prestados por el locutor profesional dominicano son mal retribuidos.
No existe una legislación que proteja a este comunicador social que no disfruta en la mayoría de los casos de uno de los derechos elementales de todo trabajador, es decir la seguridad social, laborando generalmente en condiciones deplorables, sin seguro médico, ni seguro de vida, ni disfrute de vacaciones pagadas.
Una situación que contrasta con el papel trascendental que juega el locutor en la sociedad, con su rol educador de masas, con su capacidad de penetración en el seno del pueblo, como quedó establecido en un trabajo de investigación que arrojó como resultado que el 87% de la población que tiene acceso a los medios de comunicación se orienta a través de la radio.
APORTES DEL LOCUTOR A LA SOCIADAD.- El locutor es el comunicador que estando ante el micrófono en momentos de desastres naturales o ante los intencionales ocasionados por la mano del hombre, orienta a la población con mensajes de prevención para que ésta tome los aprestos para preservar sus vidas y la de otros, mientras cuida también de sus bienes materiales.
Locutor o locutora es el hombre o mujer que con sus palabras motivadoras en el escenario arranca el aplauso del publico no para sí, sino para el artista, estableciéndole la antesala para la aceptación del artista y, por ende, para abrirle las puestas del éxito.
Es el o la profesional que proyecta al político a través de mensajes que inciden en las preferencias del pueblo y que terminan brindándole el apoyo que lo lleva a ocupar el solio presidencial, la curul en las cámaras legislativas, el asiento en la cámara capitular, u otros cargos.
El mismo locutor o locutora que en los momentos históricos, coyunturales, arriesga su vida en pro de la verdad, el derecho a expresarse libremente en favor del pueblo.
La misma mujer u hombre del micrófono que en los momentos de tristeza, de soledad, rompe el silencio para llevar hermosos recuerdos y alegría sana a los hogares, con la música y su animación.
BLANCO FÁCIL DE LA CRÍTICA.- No obstante su encomiable labor, es el locutor o locutora blanco fácil de las críticas, muchas veces injustas, pues en el aspecto de la payola o el mal uso del idioma, es este profesional el más afectado.
Es fácil atacar al locutor, porque su voz, imagen y nombre pasan a sernos muchas veces familiares y hasta parte de nuestra cotidianidad, pero, por ejemplo, se olvida al que tergiversa la información o la calla para encubrir al protagonista del hecho a cambio de prebendas.
Se critica al locutor, pero no se toca al que recomienda el uso de un medicamento, no para responder a la necesidad del paciente, sino al laboratorio que lo vende y le deja la "coima".
Se fijan en el locutor y no en aquel que logra una sentencia amañada sin importar la inocencia o, en el caso contrario, la culpabilidad del impetrante. Ni tampoco se fijan en los corruptos que por unos pesos dejan sin penalidad las infracciones a las leyes en nuestras calles.
No estamos de acuerdo con la payola, pero si en desacuerdo conque se quiera romper por nuestra clase para enarbolar banderas de moralidad que en los últimos tiempos deben ondear a media asta.
LLEGÓ LA HORA.- Es tiempo ya de que se reconozca de una vez y por todas que el locutor es el comunicador social por excelencia; el profesional responsable más que ningún otro del fortalecimiento de los patrones de conducta del pueblo, de la integración familiar, y del mantenimiento de nuestra identidad como nación porque los medios de comunicación bajo su responsabilidad constituyen ventanas a través de las cuales nuestros visitantes pueden evaluar nuestros niveles culturales y nuestros valores y costumbres nacionales.
Es tiempo ya de que el locutor dominicano reciba la justa compensación que merece por sus esfuerzos que realiza en favor de nuestra sociedad; que se garantice que al final de su jornada o tiempo del retiro no se constituya en pesada carga para nadie, porque previamente se le habrá reconocido su derecho a la salud, al techo digno, a su alimentación, recreación y, finalmente también, a su digna pensión.
No quiero terminar este escrito sin destacar nuestra inquietud por la ausencia de una correcta política de comunicación; por la existencia de un reglamento obsoleto que rige el comportamiento de los medios de comunicación inadecuadamente en un momento histórico de grandes definiciones que ha obligado a otras naciones hermanas a marchar acorde con estas realidades, modificando patrones y dando paso a medidas que se corresponden con el avance de los tiempos.
Es tiempo de que nuestros legisladores vuelquen su atención sobre la problemática de la comunicación; la situación del locutor como ente importante en los medios electrónicos de comunicación, y realicen una investigación profunda que culmine con la discusión, elaboración y posterior aprobación de un proyecto de ley que colme las aspiraciones de un sector preponderante de la vida nacional que bien merece ser atendido en sus justos reclamos, me refiero a los locutores dominicanos.
Por nuestra parte, los locutores debemos tener como norte la profesionalización, el respeto al pueblo escucha, a los buenos valores, a los símbolos patrios, a la familia como núcleo social, y a nuestra propia profesión, porque el locutor debe darle valor a su voz, como bien dijo una vez el querido compañero y amigo Hugo Adames, y en ese mismo sentido fortalecer a la institución que le agrupa, representa y defiende: El Círculo de locutores Dominicanos.
Locutor: ¡Dale valor a tu voz!